UN DIARIO LLAMADO FÚTBOL
Durante todo el torneo habían encajado una serie de dolorosas derrotas, casi todas por goleada, esto los sumergía en el fondo de la tabla. A pesar de que era finales de junio y el torneo apenas empezaba, este era el último encuentro oficial para ellos. El cual los podría reivindicar.
Todo estaba listo para que el esférico rodara a las 12 horas. En una cancha llena de huecos, con piedras por todo el terreno, mallas rotas y con más tierra que césped. El equipo protagonista recibía a un elenco totalmente desconocido que en aquel momento vestía prendas rojas.
Después de media hora de juego, una voz empezó a sobresalir por encima de los 23 presentes en la cancha.
-Ya van muchos, este es el cinco.
-¡Seis!
-¡Siete!
-¡Ocho!
-¡Nueve! ... ¡Ya no más!
Los gritos del arquero eran inútiles, su defensa no tenía nada que envidiarle a un colador, y su medio campo parecía jugar para el equipo rival. El número de goles que habían recibido en contra eran suficientes para recordarlos para siempre. No era la selección de San Marino, 192º en ranking FIFA; tampoco el Levante Unión Deportiva y mucho menos Millonarios Fútbol Club.
A excepción de varios partidos este si lo habían terminado, quizás por ser el último. El partido terminó con un abultado 9-0 en contra de los locales. Durante el encuentro salieron expulsados dos jugadores. Uno por partirle el brazo a su rival y el otro por discutir con el árbitro. Cometieron tres penales y uno de ellos fue parado por su portero, lo cual le dio una felicidad al equipo después de tantas fechas.
“Era un equipo muy malo, sin talento y poca habilidad, pero los muchachos la guerreaban y eran unidos”, así los describió Johan Henao asistente a los partidos.
El proyecto había surgido tres meses antes de que empezara el torneo. Gracias a la iniciativa de Jaime Andrés, un joven comerciante de La Nueva, barrio del municipio de La Tebaida Quindío. Él por rendirle un homenaje a su barrio y a los jóvenes que allí vivían decidió bautizar así a su equipo, Nueva Tebaida F.C.
El barrio de La Nueva, siempre ha sido conocido por los habitantes de La Tebaida, por tener buenos escenarios deportivos. Pero también por tener problemas sociales como: drogadicción, delincuencia, extorciones, laboratorios de armas, entre otros. Jaime era consciente de eso, pero el propósito era claro, sacar a los jóvenes de esa problemática. “A mí me gustaba mucho el equipo, porque nos divertíamos y el propósito del profesor era bueno, alejar a los jóvenes de los problemas sociales”, cuenta Camilo Buitrago, exjugador del equipo.
A pesar de que los entrenamientos y partidos de liga ya llevaban varios meses; y al equipo se habían sumado jóvenes de diferentes edades, los entrenamientos tuvieron que ser cancelados por varias semanas. “Al Cucho lo querían matar porque quería sacar a los muchachos de las drogas, por eso se abrió del barrio”, así lo asegura Jhoani Peña, exjugador del equipo.
A mediados de junio de 2010, varias semanas desde su último entrenamiento, los jugadores de 14 años de edad promedio, llegan puntuales a su entrenamiento de las 16 horas. Esta vez debieron caminar desde el barrio La Nueva Tebaida donde antes era su lugar de entrenamiento, hasta las peladas canchas del Aeropuerto El Edén de la ciudad de Armenia.
El nuevo lugar de práctica de los muchachos está a media hora a pie por la carretera. El entrenamiento empieza como de costumbre, sólo que en esta ocasión el técnico Jaime Andrés le da una motivación a sus pupilos después algunos tropiezos con el proyecto. “Muchachos, hoy el entrenamiento va a ser más corto, ustedes saben por qué, pero los dos primeros que recorran la cancha serán titulares el sábado”, los ganadores de la titular fueron Jhoani Peña y Camilo Buitrago tras una reñida carrera.
El partido del sábado por fin llegó. El onceno titular estaba listo, algo confuso y sin respuestas, tenía de particular que fue establecido por ellos mismos. Para esa fecha no pudieron contar con su técnico, este nunca apareció. Los jóvenes como pudieron consiguieron lo necesario para el partido “final”, se dirigieron solos y aguantaron hasta el final su último 9-0.
Así fue como en un abrir y cerrar de ojos se terminó un equipo que lo único que tenía era ganas de recibir más goles y en un futuro por qué no, ganar algunos encuentros.

TEXTO: JUAN SEBASTIÁN DUQUE ARDILA
Jueves, 26 Octubre 2015
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