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- Aló, habla con Camilo. Se acuerda que usted un día me dijo que si pasaba algo con la medicina la llamara…

- Sí. Cuénteme.

- Lo que pasa es que tengo medicamento solo para dos días y no me alcanza a llegar la medicina para el próximo mes, (su corazón late cada vez más rápido). ¿Qué hago?, ¿qué hago? Dígame ¿qué se puede hacer?

- Tranquilo Camilo. Voy a mirar qué hago, voy a ver si alguien le puede prestar.

                                                        ***

En una ciudad vecina al Eje Cafetero, hay una fundación que brinda el servicio oportuno de los diferentes tratamientos para el cáncer. Allí está ella, una mujer de aproximadamente 25 años que todos los días va a trabajar al call center de la fundación, que cuenta con 5 pequeñas oficinas ubicadas en un salón. Cada una con cosas básicas como: una silla, una mesa en la que hay un computador, por supuesto un teléfono fijo y un celular de la entidad. Una línea en la que se programan citas, se confirman las mismas y se relacionan con los pacientes.

El call center se encarga de tener contacto con las personas y los proveedores de los diferentes medicamentos de quimioterapia oral para tratar diferentes cánceres. Entre ellos el medicamento Tasigna Nilotinib, que lo ingieren las personas diagnosticadas con leucemia mielodie crónica. A la persona le dan 120 cápsulas mensuales, 4 cápsulas diarias los siete días de la semana a una hora exacta, 7 de la mañana sin falta, ya que la suspensión del tratamiento implica que se pierda todo el proceso que ha llevado el paciente.

                                                    ***

Han pasado dos horas después de haber colgado el teléfono. Camilo camina de un lado para otro, hasta que decide volver a llamarla.

- ¡Qué hubo!, ¿ya me hizo el favor?

- En esas estoy. Llamando a los otros pacientes a ver quién puede.

Van tres horas más y la incertidumbre lo agobia. Llama a la línea y ella contesta.

- Hola Camilo, ¡ya lo iba a llamar!

- ¿Sí? ¿Ya pudo conseguir quién me preste?

- Sí Camilo. (En la línea se escucha una exhalación profunda) Mañana en la mañana puede venir por 16 cápsulas para 4 días mientras ese cuarto día le llega su medicina, y me devuelve acá mismo en la fundación las 16 cápsulas que le voy a pasar.

                                                         ***

Cada mes los pacientes tienen control en la fundación, un lugar moderno, con aire acondicionado, al que recurren en su mayoría adultos mayores, cada uno con un sobre plástico en la mano que deja ver en su interior exámenes médicos.

El día 2 de cada mes, Camilo tiene su control, pero ésta vez la línea del call center le ha aplazado la cita 8 días debido a que no hay agenda disponible. Por tal razón, Camilo se empieza a preocupar porque sabe que la medicina no le va a llegar a tiempo, pues en la cita el oncólogo autoriza el medicamento y la EPS tiene 10 días hábiles para hacerlo llegar.

Camilo se dirige a la fundación. Se siente estresado porque a la mañana siguiente debe entregar las cápsulas que le prestaron, pero su medicina aún no llega. Están varios pacientes sentados en una pequeña sala y desde la ventana se ve entrar un camión. De pronto, un señor dice: “vea ese es el carro de Manizales. Es el que trae la medicina”. De inmediato el rostro de Camilo muestra tranquilidad, efectivamente ahí estaba su medicina. Se dirige al call center, saca las 16 cápsulas de Tasigna Nilotinib y se las entrega a ella.

FUGAS DE LA LÍNEA 323

Daniela Morales Cardona

El teléfono ha sonado tres veces y ella no le contesta. Camilo tiene las manos sudorosas, mueve impacientemente un pie y se siente preocupado. Sabe que tiene medicina para dos días, y que el tratamiento no le va a llegar a tiempo.

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Martes, 7 Junio 2016

TEXTO: DANIELA MORALES CARDONA

FOTOGRAFÍA: JULIANA MORENO VILLEGAS

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Tratamiento de quimioterapia oral para personas diagnosticadas con Leucemia Mieloide Crónica.

 

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-Aló. Buenos días. Nuevamente soy yo. Niña, le pido que me consiga alguien que me preste 18 cápsulas ¡por favor! (su voz empieza a quebrantarse). Yo sé que estoy teniendo problemas con mi EPS porque no me están respondiendo por el medicamento, pero de verdad lo necesito.

Francisco baja la cabeza, llora… en la línea se escucha un silencio de 10 segundos.

- Respire Francisco. Voy a ver qué puedo hacer por usted. En la tarde lo llamo.

Ella empieza a buscar en un archivo de Excel, la lista de los pacientes que toman el mismo tratamiento de quimioterapia oral que Francisco, para que uno de ellos le pueda prestar. Por fortuna ha encontrado un paciente que hace poco inició el tratamiento. Lo llama desde la línea celular de la fundación.

Después de saludar, va al grano.

-Bueno. Lo que pasa es que un paciente necesita el mismo medicamento que usted empezó a tomar. A él la medicina se le demora en llegar porque está teniendo problemas con la EPS…

- ¡Ay cómo así!, ¿y entonces?

-Pues es para ver si usted le presta 18 cápsulas. Yo le respondo por ellas.

- (En tono desconfiado) Pero a mí quién me garantiza que la EPS le responda y me las pueda devolver. Usted sabe que ese medicamento es vital para mí y que lo tengo que tomar sin falta.

-Por eso mismo, el paciente tampoco puede dejar de tomarlo. No se preocupe. Me trae acá a la fundación las 18 cápsulas e independientemente de que la EPS se las dé, yo le respondo por ellas. ¿Le parece?

-Mmm, bueno. ¿Y cuándo se las llevo?

-Ya mismo.

                                                        ***

Ella es una funcionaria que pide no ser nombrada ni da entrevistas. Además de confirmar citas, dar fecha para el control mensual y hablar con los proveedores de los medicamentos. Es intermediaria para con los pacientes que nunca sabrán quién fue su prestador de medicina, pero que estarán agradecidos con ésta mujer, pues a través de la línea 323 seguirá siendo un enlace de vida.

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