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EL CONVERSATORIO

UN ACETAMINOFÉN PARA ESTE SISTEMA DE SALUD, POR FAVOR

Muchas veces he oído a personas que se quejan de  lo que los doctores hacen en Colombia. “Sólo mandan acetaminofén” “Se creen dioses, cuando no hacen nada por nosotros”. He tenido la oportunidad de hablar con uno de esos “dioses” y no fue como me lo habían descrito. Esa doctora, es pequeña, de ojos profundos y con ojeras de tantas noches en vela en urgencias. Esa doctora, tiene miedo a fallar y a perder una vida como lo ha hecho antes. Esa doctora, tiene la responsabilidad más grande que alguien se pueda imaginar y ahora, esa doctora, nos cuenta lo que vive cada día muchos doctores en Colombia.

Leslie Vanessa Carvajal Calle

Leslie Vanessa: Desde un comienzo, ¿por qué le interesó la medicina?

Jenniffer Lizeth: Me interesé en la medicina desde muy pequeña. Me entusiasmaba ver programas médicos y quería aprender cómo funcionaba el cuerpo humano. Me gustaba pensar en la adrenalina que producía estar enfrentándose a una urgencia que podía terminar en la muerte.

L.V: Al terminar la carrera y ejercerla, ¿esta fue lo que pensó?

J.L: Realmente al empezar a ejercer la medicina no fue para nada lo que pensé. Actualmente ejercer esta profesión en algunas ocasiones supera la vocación y el amor por la medicina. En la universidad no se es consciente de las barreras del sistema de salud, tampoco se nos enseña que debemos trabajar no sólo con una enfermedad sino con una gran cantidad de problemáticas sociales y ni hablar con diferentes personalidades de los pacientes.

L.V: ¿Le gusta lo que hace?

J.L: Me gusta la medicina. Me gusta la satisfacción que da poder ayudar a alguien. Pero mi trabajo actual no es lo que quiero, no me gustan las reglas de juego impuestas por el sistema de salud.

L.V: ¿En qué áreas de la salud ha ejercido y cómo fue el trabajo en estas?

J.L: He trabajado en urgencias, consulta externa en un hospital público y en EPS. En todos hay limitación de los recursos pero en el sector público digamos que se ejerce de una forma más libre, sin tanta presión porque estás mandando mucho de esto o aquello, pero es un sector que sufre mucho por el incumplimiento en los pagos por parte de la EPS.

L.V: ¿Qué opina de las personas que dicen que los médicos sólo mandan acetaminofén?

J.L: No es que sólo mandemos acetaminofén. Es que es el medicamento más recomendado por tener pocos efectos secundarios. Y lastimosamente para algunas personas que padecen enfermedades como diabetes, hipertensión y otras, para controlar la fiebre y dolores leves, sólo pueden tomar acetaminofén. Otra cosa, algo no controlamos los médicos son los medicamentos. Eso es algo que ya está establecido. El POS (Plan Obligatorio de Salud), es una lista gigante de medicamentos que el gobierno cubre y nosotros podemos mandar. Y lo que no esté en esa lista, a las personas les toca comprar particular.

Y otra cosa que a uno le da como risa, es que la gente critica que los medicamentos que se mandan en los seguros son genéricos, no son de marca. Pero en sí, el principio activo o como la molécula del medicamento, es la misma. Por ejemplo, hay personas que no saben que el dólex es acetaminofén. ¿Pero qué es lo que pasa? Que es acetaminofén de marca.

L.V: ¿Pero al ser de marca los vuelve mejores o iguales a los medicamentos genéricos?

J.L: Lo que pasa es que eso es una cosa que aún no se ha podido definir. Se supone que no tendría por qué haber diferencia. Si uno va a mirar la caja de dólex, dice 500 mg de acetaminofén. Aunque uno hay veces sí ve que hay pacientes que les va mejor con medicamentos de marca. Pero uno ahí ya entraría a hablar de otras cosas que a uno no le constan y es de pronto la calidad de los medicamentos que hace el seguro. Pero se supone que si usted coge y compara dos medicamentos y tienen los mismos componentes, por qué tienen que ser diferentes. Pero yo no podría afirmar si un medicamento genérico es malo o bueno en comparación con los de marca.

L.V: ¿Alguna vez se ha encontrado con un paciente que haya padecido de una enfermedad extraña?

J.L: No creo que se trate tanto de enfermedades extrañas. Lo realmente inquietante sigue siendo para mí, el cuerpo humano. Podemos tener la misma enfermedad en dos personas y no necesariamente manifestarse de la misma manera ni tener el mismo tratamiento, ni mucho menos el mismo desenlace. De allí la gran complejidad que enfrentamos a diario los médicos.

L.V: ¿Qué ha hecho cuando un paciente tiene una enfermedad no tiene cura?

J.L: Existen actualmente muchas enfermedades sin cura conocida, pero esto no se traduce en muerte necesariamente. Muchas de estas enfermedades se pueden controlar con diferentes tratamientos y permitir que las personas vivan con mayor calidad de vida. Si hablamos ya de enfermedades que desafortunadamente no tienen estas posibilidades y terminarán en la muerte de forma pronta, definitivamente es derecho del paciente saberlo, sin embargo, no hay una forma fácil de comunicar una noticia así.

L.V: Desde su perspectiva, ¿cuál cree que es la verdadera labor de un doctor?

J.L: Creo que la verdadera labor de un médico es servir de guía y ser un consejero con respecto al proceso de salud y enfermedad que en este último caso, en muchas ocasiones termina en la muerte.

L.V: ¿Alguna vez salvó la vida de alguien? ¿Cómo fue y qué sintió?

J.L: No me gusta verlo como “salvar la vida”. Creo que el propósito del médico es muy diferente. No voy a negar que muchas de nuestras decisiones impactan directa e indirectamente la vida de muchos, pero no creo que tengamos el control sobre “quién vive y quién muere”, la mayoría de estas situaciones se escapan del alcance de todos y eso incluye a los médicos.

L.V: En su profesión, ¿cometió errores?

J.L: Muchos errores se han cometido, como se podrían cometer en todas las demás profesiones. Sólo que los errores en medicina pueden llevar a poner en riesgo la vida de las personas y son criticados y juzgados con mayor severidad.

L.V: ¿Cree que todavía hay respeto por los médicos?

J.L: No todo el mundo, pero sí mucha gente ha perdido el respeto hacia los médicos. Eso tiene un trasfondo social, no es sólo con los médicos, también con las autoridades, profesores…

L.V: ¿Cuáles fueron las tres historias que más la marcaron en su vida como doctora?

J.L: Las historias que más me han marcado son muchas pero todas han tenido en común las injusticias sociales mezcladas con la maldad e intolerancia del ser humano. He sido testigo de muertes que han podido ser evitadas por falta de recursos como ambulancias y personal de salud, principalmente en zonas lejanas del país. También se impresiona la cantidad de consultas por daños causados debido a la violencia que se deriva de la intolerancia. Por ejemplo, tuve un caso de una paciente que requería una transfusión de sangre. En estos casos se debe seguir un conducto regular y es comentar el caso con la EPS del paciente pues era responsabilidad de ellos indicarnos en qué institución le realizarían este procedimiento. Pero la EPS se demoró dos días en darnos esta respuesta. La paciente se complicó y finalmente tuvo que estar varios días en cuidados intensivos.

L.V: ¿No se pudo llevar a cabo una denuncia?

J.L: No, eso pasa todos los días.

L.V: ¿Entonces podría decir qué fallas tiene el campo de la salud en Colombia?

J.L: Yo veo que el principal problema del sistema de salud es que han pretendido manejarla como un negocio y como cualquier negocio, debe ser rentable y generar ganancias. Por lo tanto, actualmente limitan los recursos y el quehacer médico para la adecuada atención de las personas. Es más rentable para el sistema que las personas mueran, a dirigir los recursos necesarios para ayudarlas.

L.V: Desde su perspectiva, ¿cómo está la condición de los médicos en Colombia?

J.L: La condición de los médicos y de salud es muy triste y preocupante como muchos otros ámbitos del país. Pero como estamos hablando de un derecho fundamental, no creo que pueda ser protegido y respetado mientras se siga manejando como un negocio. Y mientas los colombianos no reaccionemos, pues esto es un problema de todos, no sólo de los médicos.

L.V: Por lo que usted me acaba de decir, el problema de ejercer la medicina en Colombia, es el sistema de salud. ¿Cuál cree que debe ser la labor de un médico teniendo todas las limitaciones que usted mencionó?

J.L: La labor del médico dadas las circunstancias debe ser el trabajo transparente y tratando de no violar la ética profesional. El paciente necesita lo que necesita así el sistema no dé los recursos necesarios.

L.V: ¿Se ha llegado a arrepentir de haber estudiado medicina?

J.L: Sí, muchas veces me he arrepentido. Escoger el camino de la medicina no es para nada fácil y al contrario de lo que muchos piensan, lo menos difícil son las arduas horas de estudio, o dejar de ver a la familia, amigos o parejas en fechas especiales. Para mí lo más difícil ha sido trabajar con el actual modelo de salud, con un tiempo limitado para atender a nuestros pacientes, con un estricto control sobre lo que formulamos o las ayudas diagnósticas que usamos y con la mala remuneración en muchos casos. Y por todo esto y más: haber pasado de ser un aliado y apoyo de los paciente para convertirnos en sus “enemigos” porque a pesar que este país es de todos, somos nosotros los primeros en poner la cara y recibir a diario reclamos, insultos y amenazas por las fallas del sistema. Eso que vivimos a diario hace que hasta la persona con la más ferviente vocación dude o llegue a arrepentirse de haber escogido la medicina como profesión.

TEXTO: LESLIE VANESSA CARVAJAL CALLE

Martes, 17 Noviembre 2015

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