QUINDÍO SIN TRABAJO O SIN GANAS DE TRABAJAR
Sara Agudelo Agudelo
Luisa Fernanda Herrera Bocanegra
Vanessa Vega Otaya
Las pérdidas humanas y estructurales a consecuencia del terremoto del año 1999 marcaron la historia del departamento del Quindío, generando grandes impactos sociales, económicos y culturales. La principal actividad económica de la región, la industria del café de Colombia, resultó altamente afectada. Cerca de 8.000 fincas cafeteras fueron completa o parcialmente destruidas, también 13.000 estructuras de diversas empresas e industrias sufrieron grandes daños causando cierre temporal y en algunos casos permanente de las mismas, esto generó un déficit industrial en el departamento, puesto que estando afectadas las empresas la falta de empleo cobró auge, con la pérdida de los caficultores el turismo se acercó como una posible solución. Sin embargo, como consecuencia del devastador terremoto se generó un impacto cultural que se fue evidenciando en el transcurso del tiempo.
La cultura Quindiana se fue tornando pasiva e inactiva, puesto que la ayuda por parte de los entes gubernamentales rompió la independencia de los damnificados, la imagen de la ciudad de gente trabajadora y pujante que existió en los 40 desapareció lentamente, ya que debido a los subsidios de toda clase (vivienda, alimentación, estudio, kits de diversos artículos) la población sentía un respaldo y una forma sencilla de subsistir, como dice Guillermo Flores, representante al concejo de juventudes de Armenia Quindío “el gobierno se equivocó con la gente, dar subsidios para casas, otro para comida y así sucesivamente hace que las personas ya no se preocupen por trabajar, lo tienen todo sin necesidad de esforzarse mucho, la derecha era brindar oportunidades de empleo, así la población tendría una percepción diferente de las cosas”.
Hasta el año 2015 los porcentajes de desempleo posicionaban a la capital Quindiana en el segundo lugar en la escala de desempleo, Con una tasa de desocupación del 16,2%, en febrero del 2015, continuó en el “podio” del desempleo en Colombia. Según cifras del DANE, durante el segundo mes de 2015 Armenia solo fue superada por Cúcuta, Norte de Santander, localidad donde la tasa de desempleo llegó al 16,7%. En tercer lugar se ubicó Florencia, Caquetá, con 14,8%.
Asimismo, se conoció que la media nacional de desempleo durante febrero de 2015 fue de 9,9%, y que en todo el país 699 mil personas consiguieron empleo durante ese mes. En total se reportan 2 millones 231 mil personas sin trabajo en el país. (Crónica del Quindío. 2015).
A continuación se describen las categorías que aumentan la problemática:
DESEMPLEO
El desempleo, un factor que afecta de diversas maneras a la población Quindiana, que ataca la cuidad, según cifras del DANE el Quindío tiene una tasa de desempleo del 13.2% en el último informe en el año 2015 muestra como por cuatro años consecutivos ha sido “galardonado” como departamento con mayor desempleo en el país, situación que obliga a la población a hacer uso de otros recursos, de aquí nace la llamada informalidad que en Armenia es latente, a consecuencia se hace uso inadecuado de espacio público, las personas son subempleadas “maquillando las cifras de ocupación”, e incremento de jóvenes (menores de edad) en las calles o con embarazos a temprana edad.
Con más de 73.000 trabajadores informales hasta el 2012 surge la interrogante ¿no hay oportunidades de empleo en el Quindío? Nataly Llano coordinadora del fondo de empleo del departamento del Quindío afirma “hay ofertas de trabajo, pero las personas que van a solicitarlo no están capacitadas para los cargos que ellos ofrecen”.
Aquí se evidencia otro problema, la exigencia laboral, a diario se presentan empleadores de empresas como IBG por ejemplo, que solicita personal para realizar oficios pequeños, no obstante ante las ochenta vacantes presentadas, se reciben veinte hojas de vida de las cuales un 5% toma el empleo, en su mayoría abandonándolo a los pocos días por inconformidad de la labor asignada, pero sin tener en cuenta que no se posee un estudio profesional para obtener una vacante más alta.
Jhon Jairo Morales trabaja como vendedor ambulante hace 20 años, desde los 9 años de edad fue obligado a vender frutas en las calles pues los escasos recursos de su familia no les permitían subsistir, asegura que en Armenia “No hay trabajo” y que los puestos disponibles son ocupados por personas de otras regiones, “Para los quindianos no hay nada” afirma que “la única ayuda que he recibido por parte del gobierno es que me manden a espacio público para decomisarme la mercancía, golpearme y no dejarme trabajar”, así como Morales existen muchas personas que se enfrentan a las condiciones climáticas, enfrentamientos con espacio público, alta competencia con compañeros que comercian con los mismos productos y diversas calamidades debido a que para ellos no existe otra solución.
En cuanto al subempleo un caso puntual es el de la señora Sandra milena López, lleva 17 años vendiendo Bonice, como recomendación de una vecina inicio esta labor, ha intentado buscar un trabajo mejor remunerado, pero la exigencia no es algo de su agrado, así que cada vez que se le presenta una oportunidad recuerda que es más fácil vender mínimo 35 unidades diarias aunque si no cumple su producción corre el riesgo de ser despedida, le gustaría tener un trabajo estable donde tenga ingresos fijos, prestaciones y este es un punto importante ya que Quala S.A es [DAEP1] la multinacional dueña de Bonice y de otras marcas, esta es una empresa formal que obtiene millones de ingresos anuales y tiene sede en varios países como México, República Dominicana, Ecuador, Perú y Guatemala. Algunos de sus trabajadores como los vendedores ambulantes de Bonice en su mayoría son personas mayores e irrisoriamente no cuentan con ningún tipo de prestación laboral y su sueldo es una pequeña comisión que poco ayuda para el sustento de una familia en comparación con los ingresos que obtiene esta multinacional.
EL ABANDONO DE LA CAFICULTURA
EL café sobresaliente y de alta calidad que hace tan popular al departamento del Quindío ha permitido a su población tener una cultura y un modelo de vida que ha prevalecido por años, el bienestar económico y social de la región depende en gran parte de esta industria, representando gran parte de la economía; pero a pesar de ser esta una oportunidad rentable poco a poco se ha dejado de lado, puesto que diversas crisis han atacado la caficultura.
A este fenómeno se le pude atribuir parte de la informalidad en las zonas urbanas, en la actualidad, Colombia importa café de Perú y Ecuador con precios muy inferiores al de exportación y registra costos de producción tres veces mayores que los de Vietnam. El país perdió participación en los mercados internacionales, pasando del segundo al cuarto lugar, y vio esfumar el cuantioso patrimonio de la Federación de Cafeteros. Se configuró un círculo vicioso en que la baja demanda del producto reducía las ganancias, y esto dificultaba la modernización y la ampliación de la producción. El sector sobrevivía por los elevados precios internacionales y la asistencia del Gobierno. Si se considera lo que exigen los caficultores, al reconocer sus verdaderas necesidades se puede identificar que las irregularidades que se viven en esta industria son más fuertes que la popularidad del café, el gobierno que hasta el momento no ha dado solución al problema de los caficultores permite identificar fallas en otros gremios. La caficultura tiene un trasfondo que repercute en la sociedad, se evidencia que la edad promedio de los trabajadores oscila en una escala de 12 a 74 años, no obstante la búsqueda de nuevas oportunidades en la ciudad hace que los jóvenes abandonen esta labor, por lo tanto son las personas mayores quienes ejercen la labor caficultora.
La crisis cafetera aún no posee una solución, los jóvenes no desean trabajar en el campo, pero tampoco estudian para no estar en él, al mismo tiempo la caficultura está quedando en el pasado, las fincas dejan de ser cafeteras para convertirse en ganaderas, cultivadoras de cítricos, plátano o simplemente son vendidas y los terrenos utilizados para realizar nuevas obras e ir acabando poco a poco con los pulmones del departamento.
INDUSTRIA TURÍSTICA
La industria turística en el departamento inició gracias a los paisajes y diversidad de ecosistemas que posee la región, haciéndose ver como “la posible salvación” para la crisis laboral que desde entonces atacaba al departamento cafetero, el turismo es un plus que permite a los quindianos exaltar las cualidades y características de cada uno de sus municipios, además de brindar una oportunidad laboral a los pobladores.
Cifras de Cotelco señalaron un porcentaje de ocupación en el Quindío del 45% Sin embargo, según estimaciones y estudios de mercados propios e información de hoteleros y agencias de turismo del departamento, estos promediaron un porcentaje de ocupación en el año 2010 entre el 55% y 60%. En la semana santa del año 2009, el Quindío presento un porcentaje de ocupación de hasta el 81%, cabe recalca que estas cifras cuentan a personas sub empleadas, vendedores informales y personas contratadas por prestación de servicios (sin importar el tiempo de contratación) como población ocupada. Johan López, trabajador de la oficina de turismo del departamento del Quindío afirma que es más factible contratar personal con capacidades y estudios con énfasis en el área, aunque en su mayoría son de otros departamentos que propiamente del Quindío, ya que normalmente las hojas de vida recibidas son de personas con pocos conocimientos del tema o recién salidos del colegio: “Hay algunas que son excelentes, eso sí, pero el problema es que estas personas llegan a trabajar, duran dos o tres días y abandonan el trabajo”. Las variantes que más causan de deserción laboral son: poco salario, otras responsabilidades, otro empleo. Pero a apreciación del señor López es un déficit de actitud ante la disciplina laboral, situación ante la cual las grandes entidades turísticas se ven obligadas a contratar personal de otras ciudades ya que en el Quindío se complica cada día más conseguir colaboradores competentes y comprometidos.
JUVENTUD DESVIADA
Por otra parte, la juventud cada día se ve más afectada por las nuevas modas y los círculos sociales convirtiendo a los adolescentes y adultos jóvenes de todas clases sociales (siendo más susceptibles los jóvenes de estratos bajos) en ninis, es decir personas que ni estudian ni trabajan, este fenómeno se presenta por influencias, falta de oportunidades, falta de cultura, pero ¿cuál es la situación del Quindío? Con base en diversas entrevistas realizadas a jóvenes de la capital quindiana hay una variable que predomina: el desinterés.
Los ninis afirman que aunque en el Quindío hay oportunidades de estudio y ofertas laborales, son muy pocas las opciones, ya que el SENA en cuestión de estudio no es llamativo ante sus intereses y los empleos abundan pero en el sector de construcción, así que ellos al ver la situación deciden dejar de lado los estudios o alargar su formación educativa, en otras palabras, no preocuparse por terminar a temprana edad el estudio básico para validar, proceso que algunos jóvenes aún a sus 22 años no han terminado y en casos peores se dedican a ganar dinero distribuyendo estupefacientes y contribuyendo al micro tráfico, situación que cada día hunde a este mágico departamento en un caldero hirviendo de problemas.
Estos jóvenes que dedican su vida al expendio de drogas, la rumba y el consumo de psicoactivos traen al mundo pequeños inocentes a seguir su nefasto ejemplo, siendo sus madres adolescentes, los pequeños quedan de cierta forma “condenados” a un futuro similar o peor que el de sus padres.
Finalmente ante el cuestionamiento ¿Hay empleo en el Quindío o falta actitud laboral? Simplemente el departamento se encuentra en un punto intermedio, entre la falta de oportunidades y la falta de actitud, ya que el desempleo afecta directamente al departamento, iniciando con las universidades que brindan carreras que no tienen posibilidad de desarrollo en el departamento, como la agroindustria; ahora bien en cuanto a las pocas profesiones que tienen cabidan no se tiene en cuenta el mínimo número de plazas que existen en comparación con el número de egresados; por otra parte las empresas no tienen ingreso al departamento por su “amarre político[DAEP1] [PS2] ” es decir, convenios con políticos que ingresan a personas seleccionadas para “pagar favores” que contribuye a la dependencia de las personas del Quindío ya que si están de la mano de un político importante van a conseguir un trabajo, el fenómeno de la politiquería también ataca al departamento más pequeño de Colombia.
“El Quindío no es como lo pintan” no existe desarrollo industrial, el boom de la construcción genera empleo, sí, pero no necesariamente a los cuyabros ni sus vecinos, los negocios no tienen movimiento y es un milagro que se sostengan; o simplemente el escondido lavado de dinero detrás de industrias que se mueven al interior del departamento y que la población inocentemente adopta sin conocer su trasfondo.
Actualmente no existe una política clara sobre el desempleo, lo que sí se puede afirmar es que el terremoto causo un trasfondo que acabo con el tejido social de la población, apareciendo como salvador el mágico turismo que al final es simplemente una fachada para que los millonarios, pensionados y turistas extranjeros también forrados en dinero, adquieran viviendas y fincas recreativas con pocos empleados que para completar son de otras regiones y ellos vengan y disfruten del paisaje, la buena vida, la diversión, la comodidad, el bajo costo y alto nivel de vida que el departamento del Quindío junto a su supuesta gente luchadora y pujante les ofrece.
La imagen del hermoso paraíso cafetero que pintan en todo lado ha traído consigo más de 40.000 desplazados en busca de la tierra prometida llena de oportunidades, otra falacia ya que ni las empresas propias de la región como Don pollo generan una buena acogida laboral puesto que solo 2.000 personas son las que laboran allí.
En el Quindío existe gente emprendedora, que busca Salir adelante pero lastimosamente no existe apoyo alguno por parte de entes gubernamentales para fomentar actividades que favorezcan su calidad de vida y el desarrollo del departamento, como dicen por ahí, “más claro no canta un gallo”, el departamento del Quindío está prácticamente en el abandono, maquillando sus cifras de ocupación, tras la fachada del turismo como una salvación, con una gran cantidad de jóvenes que no se están preocupando por su futuro, con una población que muchas veces ignora la situación del departamento por darle preferencia a un partido de futbol.
REPORTAJES



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Sábado, 4 de Junio 2016
UNIDAD INVESTIGATIVA: SARA AGUDELO AGUDELO
LUISA FERNANDA HERRERA BOCANEGRA
VANESSA VEGA OTAYA
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