HACER MALABARES NO ENGORDA
-“¿Ustedes hacen malabares en los semáforos?” Algunos lo dicen con un tono muy despectivo, y eso es maluco. Hace más de un año que no trabajo allí, porque no vale la pena matarse por diez mil pesos…
Tímida, algo pecosa y ojos color miel. La vi en la plazoleta de la facultad de educación de la Universidad del Quindío, mientras hacía malabares. De tez blanca y bastante delgada, con voz aguda, me cuenta cómo quiere ganarse la vida haciendo lo que le gusta, pero como la mayoría de artistas circenses en Colombia, no podrá.
Admiradora de dos hombres que no tienen miedo a hacer el ridículo y han llegado a viejos ganándose la vida con el arte. El payaso Chacovachi, un artista callejero de más de cincuenta años. Y Slava Polunin, un payaso ruso de sesenta y cinco. Daniela quisiera mostrarles a los niños en estado vulnerable, un estilo de vida diferente llamado arte.
-Yo de hecho siento que soy más linda porque soy más pequeña. No me he puesto a pensar cómo sería ser alta, creo que se acabaría la gracia
1.43 de estatura, va luciendo una cinta en su cabello recogido. Camina un poco nerviosa, pero lo disimula con esa seguridad que solo reflejan sus ojos al hablar de lo que la tiene enamorada: el arte, los malabares y las acrobacias aéreas.
Creció en una familia grande, y según ella muy unida. Gran parte de ella vive en el barrio Vélez de Armenia, la mayoría por parte de su madre, ya que fue ella quien la crio junto a su gemela.
– Obviamente como en toda familia hay peleas, pero tener una familia tan grande te hace un poco más tolerante y te enseña a compartir con los demás
Amante del buen cine, los libros y el estudio. Su gemela Camila Peña dice que es algo desorganizada y que al principio no era tan buena con los malabares, pero cuando empezó a entrenar con telas se notó bastante el avance. Lo mismo dice su amiga Claribel Arango, “creo que le ha puesto más corazón a las telas”.
Entrena ocho horas a la semana porque las obligaciones que tiene en la universidad y en el programa radial “Alza la voz”, el cual es transmitido en la emisora virtual ‘Cabina NoventaySeis’, no le permiten dedicarle más espacio a sus ensayos. En este mismo programa sobre actualidad y denuncia, habló un día sobre la Unidad Nacional de Artistas (UNA) y le preguntó a varias personas si sabían acerca de él,
- Mi entrenador no sabía que era la UNA, y él es artista hace muchísimos años, ¿cómo así que no sabía? ¡Qué vergüenza!
La Unidad Nacional de Artistas es una organización fundada durante el año 2015. Tiene como propósito velar por la cultura en el país, - la cultura nacional se está perdiendo, hay que cuidarla mucho- la UNA lucha para que en nuestro país se dignifique la vida y el trabajo del artista, abordando y defendiendo temas de su interés como: la Ley de Espectáculos Públicos, la seguridad social de los artistas, aspectos laborales, su formación y políticas educativas.
“Así se templó el acero” o “La historia del partido bolchevique”, son los títulos de dos de sus libros favoritos sobre política. – Yo estudio trabajo social, se supone que te enseñan sobre cultura y arte, y de hecho he aprendido más allá que acá- Se refiere al POLO, partido político al que pertenece hace más de tres años. Dice ella que allí es donde ha aprendido que este país sí tiene arreglo y que para eso se necesita unidad.
Quisiera vivir del arte circense, pero ella es realista y sabe que es difícil. Me cuenta con algo de decepción que en el plan nacional de desarrollo hay artículos para acabar la cultura, que buscan quitarle la pensión a los gestores, como los malabaristas, a los cuales solo se les daría una pensión cerca de los 200.000 mil pesos, “Y para eso tendrían que verlo casi como un indigente” dice ella. - Aunque uno quiera y ame lo que hace, no puede vivir de eso. Hacer malabares no engorda – ríe.
Daniela tiene problemas con el tiempo. Por un lado están sus ensayos en “La otra mitad”, los eventos que tiene con una compañía circense llamada Sr. Rojo. Y por otro lado su carrera, y su programa radial. Sin embargo esto a sus veintiún años no ha sido impedimento para que se destaque en lo que hace.
Ella parece estar acostumbrada a un trabajo en el que la incógnita parece ser su lema de vida, porque así como un día le puede ir muy bien, otro día puede quedarse sin nada. Una que otras veces pueden ganar dinero en desfiles municipales, o en meses como abril y octubre, donde hay varios eventos para los niños, los cuales parecen ser su público objetivo. Pero así como hay temporadas en las que disfrutan de las mieles de comer y vivir de lo que aman hacer, hay otras temporadas como las de enero y febrero, en la que pueden no tener ni un solo evento porque para estas fechas no hay público que los requiera.
– Nosotros trabajamos con población vulnerable, ahí uno se da cuenta que a los niños podemos darles una alternativa diferente que puede ser el teatro, la danza, los malabares, el dibujo, el cine y ese tipo de cosas que a ellos les encanta y puede darles otra visión del mundo. Porque se encierran en un contexto y ambiente muy difícil, pero pueden descubrir otra cosa, que no a todos, pero al menos a uno, puede cambiar
En un principio quiso estudiar ciencias sociales, pero esta carrera era a distancia, así que optó por estudiar trabajo social. A pesar de no ser la carrera que pensó en un comienzo, con el tiempo fue descubriendo una forma de relacionar lo que estudiaba con su pasión más grande, ya que vio como los malabares atrapan de forma especial a la gente y que puede utilizar la cultura para ayudar a los demás.
-… Aunque a veces cuando a uno le iba muy bien, en una hora se ganaba treinta mil pesos. Entonces si uno se pone a comparar como es de lucrativo el arte a comparación de una gente que se mata y le dan veinte mil pesos todo el día. Pues usted puede reírse, pero me va mejor que a usted- se ríe.


TEXTO: MARIA JOSÉ OLAYA WALTEROS
Jueves, 26 Octubre 2015
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