LA MINERÍA: BUROCRACIA POR ENCIMA DEL AMBIENTE
Paula Alejandra Sánchez Salcedo, Valeria Clavijo Rengifo, Maycol Esteban Pérez Suárez, Juan Sebastian Duque Ardila, Juliana Vanegas Restrepo
En la zona limítrofe entre el Valle del Cauca y el Quindío, se encuentra el Río Barragán, lugar donde hace más de cincuenta años centenares de mineros artesanales explotan el material de arrastre que les ofrece este río. Manualmente, al sol y al agua, estos personajes hacen despliegue de su fuerza física para poder sostener a sus familias aprovechando este recurso natural de la zona.
El sindicato de areneros siempre contó con un título minero (21646) y una licencia ambiental, otorgada por la CRQ (Corporación Autónoma Regional del Quindío), documentos que les permitían explotar en tres zonas diferentes en el Río Barragán, con total autonomía de vender el material extraído a quien ellos quisieran.
Los areneros trabajaban con normalidad, hasta que en 1999 un terremoto azotó fuertemente el Eje Cafetero, y por la reconstrucción de la zona, la demanda de materiales para construcción se vio disparada, así que, alrededor de veintiún empresas mecanizadas querían hacerse con gran parte de los ríos del sector (La Vieja, Lejos y Barragán) para extraer materiales, desplazando de esta manera a los mineros artesanales y tradicionales de su zona de trabajo.

“Nosotros en el año 2001, en plena reconstrucción del terremoto, hicimos un paro en la Y, que es por donde pasa la carga pesada. Ahí hicimos un paro todos los areneros artesanales del departamento, los volqueteros y los transportadores porque se vinieron una cantidad de empresas por el negocio de la reconstrucción”. Afirma Luz Stella Ramírez, directora ejecutiva de la Confederación Nacional de Mineros de Colombia.
La procuraduría, el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, y el Ministerio de Minas al ver la gravedad de la situación tuvieron que tomar cartas en el asunto, puesto que una de las principales vías del país llevaba 9 días obstaculizada. A raíz de esto se iniciaron una serie de estudios geomorfológicos en el Río Barragán, en los cuales participó la CVC, la CRQ, la Universidad de Antioquia y la Uniquindío. Pero el estudio que salió no fue completo, fue semidetallado.
Con base en ese estudio a la conclusión que llegaron las diferentes entidades del estado fue que había que darle también salida a las empresas mecanizadas, así que se optó por darle la explotación del río a los areneros, es decir, dentro del cauce, y las terrazas aluviales para los mecanizados. O sea que para dar una salida laboral el río se dividió en dos.

Dentro de los requisitos exigidos por las autoridades ambientales estaba pasar informes semestrales del estado y la explotación del río, también cumplir con no salirse del perímetro establecido en el título minero, además de no poder excavar hasta llegar a la coraza del río, porque esto genera un daño ambiental severo porque se produciría en pleno cauce una zona de drenaje, causando que el paso fluvial disminuyera en gran medida, según Néstor Ocampo, presidente de la fundación ecológica Cosmos de Carlarcá.
“Por eso es que yo no admito que digan que los mineros artesanales somos depredadores ambientales o que somos criminales, porque nos hemos metido la mano al dril y hemos hecho paros para que funcionen las cosas desde el punto de vista ambiental. El que permite los daños ambientales es el Gobierno Nacional. Porque los mecanizados hasta ese momento todavía no tenían licencia”. Asevera Luz Stella Ramírez.
Los areneros continuaban con su labor, pero poco a poco las empresas mecanizadas les iban quitando gran parte de su mercado y su zona de trabajo, estas compañías explotaban el río de una forma masiva, por ello el perímetro que se les asignó no fue respetado, porque la demanda de materiales estaba por las nubes, y, mientras tanto las autoridades ambientales no se pronunciaban, ni constataban que los informes por parte de las empresas mecanizadas fueran verídicos.
Cuando el auge de los materiales de construcción mermó, la mayoría de las empresas se marcharon del sector. Algunas de estas compañías al ver que las posibles zonas de explotación estaban agotadas, optaron por hacer acuerdos con los areneros y propusieron que les cedieran algunos de sus terrenos para ellos poder explotar allí, pero en la licencia de los mineros artesanales no era permitido utilizar maquinaria en los sectores que estaban dispuestos para su utilización.
El Sindicato de Areneros aceptó la propuesta, cediendo una parte de sus terrenos a los nuevos explotadores, pero éstos se salieron del perímetro y metieron maquinaria en el cauce del río y en otras zonas prohibidas, entonces los responsables de los terrenos (El Sindicato de Areneros de Barragán) recibieron todas las represalias de las autoridades ambientales, además, ellos estaban atrasados en los informes y estudios que la CRQ les exigía. Todo esto fue un agravante para la situación de los areneros y repercutió en multas puesto que continuaron con el negocio a sabiendas que no tenían permitido utilizar maquinaria. Una maquinaria que ni siquiera les pertenecía.
“Nosotros lo que hacíamos ahí era recibir la plata, no más, las empresas mecanizadas nos pagaban como una especie de regalías por sacar material de nuestros terrenos, pero las máquinas, los operarios y las volquetas las ponían ellos. Nosotros vimos eso como una oportunidad buena de negocio, pero no sabíamos que se estaba infringiendo la ley y que hasta posiblemente perderíamos nuestro trabajo”, comenta Edgar Pérez miembro de la junta directiva en ese momento.

Tras las negativas de las autoridades ambientales, los areneros optaron por hacer marchas y pedir concesiones, ya que llevaban más de un mes sin trabajar y no tenían cómo pagar dichas obligaciones que la CRQ les pedía. Las exigencias de la Corporación para poder seguir explotando el río de manera artesanal eran: estudios geomorfológicos y ambientales, pago de profesionales: topógrafos, ingenieros de minas, administradores. Estudios e informes constantes, hasta una modificación en la licencia. Para poder cumplir con estos requisitos se necesita de un capital económico muy alto. Y no solo debían cumplir con esos estudios ambientales, sino también con las mismas exigencias de cualquier multinacional minera, ya que el actual código de minas, ley 685 de 2001, desfavoreció a los mineros pequeños, medianos y de subsistencia, haciendo desaparecer la protección legal hacia ellos, unificándolos con las mismos requerimientos de carácter económico, técnico, ambiental y de infraestructura. Requerimientos que solo pueden cumplir a cabalidad la minería a gran escala.
“Nosotros estamos en la búsqueda de la política pública. La política del gobierno es beneficiar a la gran minería y entregarles estos territorios, en casi todo el país a las multinacionales mineras. Por ejemplo nuestro departamento está entre el 70 y 75% de área concesionada a multinacionales”, asegura Luz Stella Ramírez.
Julián Ríos, uno de los empresarios mineros del sector, cree que medir a todos los mineros de la misma forma no es correcto y reitera que el gobierno en algún momento debe empezar a calificar a los pequeños mineros con normativas diferentes porque es injusto poner a una persona a pagarle a un poco de profesionales cuando escasamente obtienen los recursos para sobrevivir.
Los areneros al no tener la capacidad monetaria para responder quedaron con dos opciones: según su representante legal y el presidente del Sindicato de Areneros, Luis Enrique Bravo, las salidas que tenían eran: una, perder el título, perder el área. Había caducidad del contrato y este lo puede hacer legalmente el Ministerio de Minas por incumplimiento de las condiciones de ley, y dos, vender el título minero.
Además de las obligaciones burocráticas, la CRQ demandaba insuficiencia en el aspecto ambiental por parte de los mineros artesanales, manifestaban que en el cauce del río hacían barreras artificiales que adulteraban la corriente natural de éste, ellos (los areneros) las llaman “moyas”, cuando en la licencia ambiental no había ninguna restricción para esta actividad y otros ejercicios, que según la autoridad regional eran perjudiciales para el ambiente.
“El mejor material del Quindío sale de allá, ya que sale muy limpio de impurezas biológicas porque tiene un recorrido largo, es más o menos torrentoso y amplio en algunas partes, y sale muy lavado, entonces es el mejor material para las obras públicas. Estamos hablando del incremento constante de la explotación de un recurso, que es renovable siempre y cuando el río continúe bajando material. Siendo la explotación artesanal la mejor opción para que el recurso se renueve y se altere lo menos posible”, asegura el Néstor Ocampo. Tal vez por ello a las empresas mecanizadas del sector les interesa tanto la labor de los areneros.
Mientras que los mineros artesanales eran de cierta manera atacados y bombardeados con obligaciones y peticiones por parte de la autoridad ambiental de la región, las empresas mineras mecanizadas de la zona seguían explotando el río con normalidad, libres de investigaciones por el simple hecho de que sus obligaciones burocráticas estaban al día. Cuando Angélica Aránzazu coordinadora de asuntos mineros de la CRQ, afirmó que a partir de una ley promulgada en 2012, ninguna máquina, bajo ninguna condición podía entrar a explotar ningún río del Quindío.
“Los ríos nunca son derechos, los ríos siempre forman una cosa que se llama meandros, esos meandros se crean por el efecto de fuerzas, efecto coriolis. Cuando se altera el canal o el espacio por donde se mueve un río, ese río vuelve a buscar otra vez un tipo de equilibrio que se demoró miles de años en adquirir y va a buscar otro, entonces por eso ocurre que a veces los ríos se desbordan de su cauce natural causando así inundaciones y hasta catástrofes mayores…
La industria minera mecanizada acelera este proceso deformando la ruta natural del torrente, así pues, se sobreexplota el recurso, porque la demanda aumenta por encima de las expectativas. “Por supuesto crece la ambición de las empresas que están allí, no les alcanza lo que trae el río normalmente, sino que están comiéndose las playas y hacia abajo el río, desestabilizando la dinámica de éste”, afirma el ingeniero Néstor Ocampo. Y, la CRQ como autoridad ambiental es sabedora de todo esto, pero como la actividad minera es legal y burocráticamente los documentos están orden, no hacen nada para que estas condiciones de explotación poco saludables para el ambiente sean minimizadas o exterminadas.

Ante lo exigido, ellos decidieron la segunda opción, vender el título minero y la licencia ambiental, ahora el dilema era pensar en el comprador. Había muchos posibles compradores, La Tinco, Jairo Palacios, Julián Ríos, el grupo Contecha (propietarios de plantas productora de materiales para la construcción), Arisol, entre otras, pero muchas de estas empresas dijeron que no, o lo que ofrecieron por los terrenos fue una cantidad irrisoria que no compensaba que los areneros dejaran de trabajar.
Mientras aparecía algún comprador, los areneros trabajaban por temporadas hasta que la CRQ los suspendía por una nueva razón. Esta situación duró así alrededor de seis meses. Hasta que en julio de 2014 se inició la negociación de los terrenos explotables por los areneros con la empresa Agregados Éxito, propiedad del señor Julián Ríos, dicha negociación duró poco más de un mes hasta que en agosto del mismo año el convenio se firmó.
El acuerdo tiene como clausula principal: los areneros pueden seguir trabajando en el río Barragán, pero no pueden venderle a otra persona que no sea Julián Ríos, a cambio de esto, él se hace cargo de todas las obligaciones ambientales y burocráticas exigidas por las instituciones legales por ser el propietario del título y la licencia, según el fiscal del sindicato de areneros, Carlos Iván Restrepo. Los terrenos que ahora son propiedad de Agregados éxito fueron vendidos por dos mil millones de pesos.
“En otras circunstancias nosotros jamás hubiéramos vendido, porque este es el patrimonio de nuestros hijos y porque ha sido el sustento por años de nuestras familias, además esta es una salida laboral, que aunque muy difícil es muy digna y al menos las generaciones futuras tienen donde trabajar con la venta de las playas del río esto ya es incierto, lo más probable es que esta tradición se acabe y la única manera que queda para explotar el río es la maquinaria”, afirmó Rubiel Sandro Pérez, tesorero del Sindicato de Areneros en la época de la negociación de los terrenos.
Ya de la mano de Julián Ríos empezaron las negociaciones de nuevo con la Corporación Autónoma Regional para que los areneros del Río Barragán volvieran a sus actividades como antes. El proceso que unos meses atrás se demoró más de un semestre, ahora con el respaldo de Agregados Éxito no se tardó ni siquiera un mes, todo se llevó a cabalidad y para el mes de septiembre el Sindicato de Areneros volvió a sus labores. Labores que las empresas mecanizadas nunca pararon mientras los areneros estaban en litigios con la CRQ.
Actualmente, Agregados Éxito, (aunque tiene las capacidades económicas, infraestructurales, en personal y maquinaria para ser medianos mineros; los categorizaron como pequeña minería) recibe material de los areneros y también explota el rio con maquinaria.

Las autoridades ambientales dicen que hay dos formas de explotación:
La primera es el raspado de barras que se hace sacando los materiales que le sobran al río, sean barras laterales o centrales y la otra opción es la explotación en terraza, que consiste en comprar una propiedad y empezar a hacer un descapote de toda la materia vegetal que haya, suelo y todo lo demás, hasta llegar donde están los minerales que hace siglos se depositaron cuando era cause de río y que hoy están secos. Entonces ahí se sacan los materiales y se empiezan a transportar en volqueta y se lavan, para dicho sistema, hay que tener unas bombas, un ingeniero de minas, un sistema de transporte de las materias primas en volqueta, unas excavadoras. Es de alto costo, comenta Julián Ríos, quien también las utiliza.
Se podría decir, que dependiendo de las condiciones climatológicas, en el río puede haber una explotación de una manera mecanizada sin pensar en las consecuencias que esta actividad pueda traer, por qué entonces las autoridades ambientales de la región discutían que los areneros con su actividad perjudicaban el medio ambiente hasta llegar a la conclusión que ellos debían abandonar la minería artesanal, que su actividad productora de materiales de arrastre era perjudicial para el ecosistema que es el Río Barragán, cuando el uso de maquinaria para extraer materiales está permitido en el sector. “Mientras nos encargamos de los pequeños, los grandes hacen de las suyas” afirmó el presidente del sindicato de areneros del alambrado Israel Leyva.
La demanda de materiales seguirá aumentando, sobre todo con las construcciones de las vías de cuarta generación (4G) de concesiones viales de Colombia, que plantea la construcción y operación en concesión de más de 8,000 km de carreteras, incluyendo 1,370 km de doble calzadas, y 159 túneles, en más de 40 nuevas concesiones. Agregados Éxito por medio de Carlos Fernando Forero, director general de Asogravas, nos cuenta los retos para el abastecimiento del futuro: “de acuerdo con los últimos estudios que tenemos, la proyección de crecimiento de agregados en los próximos años nos va llevar a nivel nacional a pasar de 160 millones de toneladas que se produjeron el año pasado a 320 millones de toneladas al año 2025, duplicando la cantidad actual de agregados. Los retos son gigantes, los departamentos del centro país tienen una de las más grandes presiones en lo que se refiere a la demanda de materiales de construcción.
Muchos de estos materiales van a tener que seguir viniendo de los ríos, graveras y canteras. Lo que se está esperando es fundamentalmente que dentro de los esquemas de ordenamiento y planes territoriales, y manejo de cuencas, se pueda incorporar la variable de abastecimiento en materiales de construcción. Se lo hemos dicho al vicepresidente de la república, a la ANI, a la ministra de transporte, creemos que hay materiales, materiales suficientes. Colombia depende mucho de material de arrastre, pero las fuentes principales de donde se sacan estos materiales, diría yo, que un 50% en el agregado colombiano para arrastre y el otro 50% para cantera” .
Muchas fuentes naturales se verán afectadas ambientalmente por la explotación de material de arrastre que se lleva y posiblemente se llevará a cabo para la elaboración de las carreteras 4G, (una de los lugares donde llegará el material) que según el gobierno colombiano, es para mejorar la competitividad del país, disminuyendo el costo y tiempo de transporte de personas.

Para el procesamiento de estos materiales se necesitará de mucha mano de obra, o por el contrario, como lo hemos visto en muchas ocasiones, el relevo generacional será para el empresariado con máquinas. Julián Ríos, nos cuenta que en Agregados Éxito, tratan de retirar solo los materiales que le están sobrando al río, y que tienen claro que estas fuentes no son una cantera, que en cierto tiempo va a ser muy difícil seguir explotándolos para tener materiales de construcción. Pero se pueden buscar otras alternativas como las canteras o explotaciones en terrazas aluviales.
Agregan que la idea es que dentro de un cierto tiempo esto se pueda sacar con una máquina y no de una manera tan artesanal, para que la gente no sufra tanto. Y que tenemos que entender que las cosas no son buenas ni malas porque se hagan con una máquina o se hagan manualmente. Dice que las cosas son buenas o malas de acuerdo al sistema de explotación que se lleve a cabo. Si el sistema de explotación solo contempla un raspado de barras y usted lo hace manualmente y lo hace bien, el río no tiene problemas. Mientras se respeten los límites del terreno, es decir mientras no se saquen más metros de material que los que el terreno soporta.

Sin embargo, Néstor Ocampo piensa diferente en cuanto al manejo y seguridad del medio ambiente por parte de las autoridades ambientales: “hay una sobre explotación del recurso, y no tenemos autoridad ambiental, no tienen los suficientes recursos ni personal capacitado para cumplir bien su labor y para controlar los desastres ambientales, eso lo sabe todo el mundo aquí. La prueba está en el desequilibrio del río, en las avalanchas, eso lo hemos visto, hemos sido testigo de eso”.
Y no solamente lo ambiental, también está lo social, se necesitan de lugares estratégicos para que las empresas y los mineros puedan obtener suficiente material, algunos de estos lugares están poblados por comunidades o personas que solo tienen este territorio para vivir. El empresariado tiene una fase de exploración para obtener el lugar y luego explotar.
“Mientras piden las licencias para explorar, compran o arriendan una parte. Cuando se legitiman, es decir, que obtiene el permiso para la explotación, a las personas que vivían allí las expropian del lugar, porque como la minería fue declarada en el 2001 de utilidad pública, de interés social; lo que quiere decir que nadie se puede oponer a eso ya que la constitución política lo dice muy claro ¨el interés público prevalece sobre el interés privado. Entonces ese lugar que antes era habitado por centenares de personas, ahora va a ser explotado por la mega minería”, Néstor Ocampo. Comentario que afirma el señor Jorge Hernán Palacio, abogado y asesor de minería, “Lo que el artículo 38 quiere decir es que ni los alcaldes ni los quindianos pueden decidir sobre la minería. El gobierno nacional toma decisiones sobre el territorio, es autónomo”.
El material que es extraido es transportado en bolquetas hasta la planta para procesarlos
Luz Stella Ramírez a apoyado al sindicato de areneros durante el proceso para obtener la licencia
La mayoría de los areneros trabajan sin zapatos, lo que genera un mayor desgaste
El cauce del Río Barragán en uno de los sectores de trabajo de los areneros
Julián Ríos fue la mejor opción para el sindicato al momento de vender la licencia y el título
La capacidad de material de arrastre que provee el río depende de la situación climatológica
El material extraido por los areneros se envía a la planta para pocesarlo y convertirlo en grava
REPORTAJES
COMPARTIR ESTE ARTÍCULO EN:
UNIDAD INVESTIGATIVA: PAULA ALEJANDRA SÁNCHEZ SALCEDO
VALERIA CLAVIJO RENGIFO
MAYCOL ESTEBAN PÉREZ SUÁREZ
JULIANA VANEGAS RESTREPO
JUAN SEBASTIÁN DUQUE ARDILA
FOTOGRAFÍA: PAULA ALEJANDRA SÁNCHEZ SALCEDO
Sábado, 4 de Junio 2016