JOHAN RICARDO HENAO
¿Cómo fueron sus inicios?
Pocos lo vieron jugar, pues apenas era un chico de 10 años en aquel entonces. Pero los que lo vieron sobre el terreno de juego sabían que para ser un niño de mucho menos estatura que sus compañeros y tener un poco de sobrepeso, era una “Muralla” en la saga. Él es Ricardo Henao, un pelado que al igual que sus 17 compañeros de categoría compartía el sueño de ser profesional. Por cosas de la vida, o por cuestiones de ubicación geográfica y apoyo, sólo uno de ellos sigue con el sueño intacto, y no fue precisamente Ricardo, sino Andrés Felipe Vega, quien hoy juega para el juvenil A del Lucena de España.
Nació y creció en el municipio de La Tebaida, Quindío. Siempre vivió con su abuela “Chela” y con su padre y abuelo “Barbado”, que aunque no lo era de sangre, si lo fue de momentos. Su papá verdadero no lo reconoció y su mamá salió a trabajar desde muy joven. A los 6 años empezó a entrenar fútbol en La Tebaida F.C., para el año 2007 estando en Juventud Tebaida, a sus casi 11 años, tenía el apodo de “Muralla”. El cual se complementaba con un peinado Pepe Cadena, que en la parte de atrás pintaba de diferentes colores (Rojo, amarillo, verde o azul), dependiendo el partido.
-Cuando se hablaba de un defensa bueno y seguro, casi siempre se le ponía como ejemplo a él, Ricardo- afirma Alexander, el cual fue su entrenador en sus inicios y en sus mejores momentos (2007-2008). A demás de las palabras de su técnico, siempre había espacio para palabras de sus compañeros de equipo como las de Juan Sebastián, “él era un monstro, un animal y sobretodo una motosierra” o como las de Luis Buitrago que casi siempre lo vio jugar, “pasaba la pelota o pasaba el jugador, pero no los dos al mismo tiempo”.
En el 2008, esa semilla que se venía cultivando desde los 6 años quedó estancada, pues el equipo donde había entrenado por varios años, Juventud Tebaida, entró en una crisis y cerró.
Punto muerto, renacer y deja vu
A finales del año en que terminó de jugar, ya sin balones que patear, ni canchas que correr, su colegio era su mayor pasatiempo y ahí abordó una carrera con las drogas. La cual empezó con marihuana. “Cuando eso no me llamaba mucho la atención, pero quería probarlo, ya cuando empecé a tener problemas en la casa consumía más” afirma el propio Ricardo.
-Ricardo pudo llegar a ser grande en su posición de central, pues a pesar de su estatura han habido pocos jugadores rápidos y fuertes, eso le compensaba lo pequeño- dice Juan Sebastián.
-Todo se puso muy de moda para esa época y con lo que me pasaba en la casa, apenas era.
En el año 2011, el joven ya estaba en el grado 9°, quizás eso y su físico era lo único que había cambiado, porque el toma y dame con las drogas seguía vigente. A la lista de consumo se sumó el perico y el famoso pegante de 500 pesos o de tienda.
Nació el 25 de diciembre de 1996, es el mayor de dos hijos. Su hermano a diferencia de él sí creció con su mamá y con su papá, pues son de padre diferente. Él ha sido el único deportista de su familia.
-Cuando estaba en 9°, a mitad de ese año se dieron cuenta de mis andanzas y me aislaron en una finca de las amistades que me llevaron a la droga. Era un momento límite en su vida, pero también estaban llegando cosas buenas. Había llegado a la feria de la ciencia departamental con un proyecto de energía solar y estaba retomando el deporte, gracias a los juegos intercolegiados de ese año.
Desde preescolar estudiaba en el colegio Luis Arango Cardona, el cual quedaba a unos 5 minutos a pie de su casa. Esa institución que le dio alegrías y tropiezos, fue la que representó. Sólo que esa vez jugó microfútbol y no fútbol; fue arquero y no central.
-De un momento a otro por falta de un arquero en el colegio me puse a jugar ahí y como destaqué, me volví el titular. Nunca en la vida había atajado, pasó de dar una fuerte marca a recibir balonazos, gritos y hasta escupitajos.
En su primer año bajo los palos, tuvo un rendimiento aceptable, pues su equipo salió del torneo en la primera fase (municipal). Esto sucedió a manos de un equipo totalmente experimentado, los cuales les llevaban 2 y hasta 3 años.
En el año 2012, los intercolegiados volvieron, sólo que esa vez tomaron revancha y lograron pasar a la segunda fase (departamentales). Este torneo se disputó en el colegio INEM de la ciudad de Armenia. Estando allí llegaron a semifinales y volvieron a perder en penales, esta vez ante un equipo de Salento, al cual le jugaron de tú a tú.
-Para el año 2013 mi abuela falleció y no tenía con quien más quedarme, por eso decidí viajar a Chile a casa de uno tíos. Ese año el deporte que le había dado alegrías y tristezas no estuvo en su agenda.
La estadía en Chile le duró 8 meses, pues se aburrió. Año nuevo y otra vez para Colombia.
Actualidad
Hoy en día vive con una tía, viste de forma decente y se le puede ver con un 1,65 metros de estatura en los parches más comunes para consumir drogas (Las Cachonas, El Hueco, El Coliseo, entre otros). Con un tatuaje en la espalda que hace alusión a la droga (ácido) y con otro en el brazo derecho que dice Chela. Tiene el mismo Pepe Cadena, sólo que ya no se lo pinta. Tiene 18 años de edad, que en verdad parecen 16, “yo fumo pero me controlo”.
PEQUEÑO, MEDIANO, PERO NO GRANDE
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