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Música y Tecnología,

una inevitable relación de amor/odio

Por: Alejandro Martínez

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La música muy probablemente inició a la par que el ser humano, ha evolucionado junto a nuestra
sociedad y a lo largo de siglos y milenos han aparecido nuevas técnicas de composición, nuevos
instrumentos y nuevas sensaciones expresables en sonidos. Ahora, hoy, en esta llamada “era de la
información”, la que algunos consideran la mayor expresión artística de la humanidad no es ajena
a los complejos cambios que la tecnología, tal como se le entiende normalmente, ha ejercido
sobre ella y en principio, sobre cada uno de los músicos y compositores que la crean.


Se tiene que saber que al hablar de tecnología, cualquier tipo de utensilio o herramienta, así
parezca rudimentario o básico, es tecnología. Pero para este caso, se entiende que lo tecnológico
está asociado al uso de instrumentación eléctrica, electrónica y digital a la hora de crear música. La
irrupción de los instrumentos eléctricos inició a finales del siglo XIX y principios del siglo XX como
parte de la renovada revolución industrial impulsada por la electricidad. Desde entonces a los
violines, guitarras, pianos y demás instrumentos acústicos se unieron el telearmonio (1897), el
teremin (1919) y las Ondas Martenot (1928), instrumentos que alimentaron la curiosidad de
experimentación para músicos de vanguardia europeos.

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  (Teremin – Over the Rainbow)


A mediados del siglo XX, y desde entonces, las formas de música influidas directamente por la
experimentación electrónica se han desarrollado a la par que las músicas populares y folclóricas y
se han arraigado fuertemente al tejido cultural de nuestra sociedad. A veces pasa que estas
formas musicales se atraen fuertemente y se fusionan o por el contrario se repelen hostilmente
dependiendo del carácter y forma de pensar de los músicos. Para ilustrar mejor esto, tenemos
acceso a la opinión de tres músicos colombianos, quindianos, que son creadores de, a su vez, tres
formas distintas de música, estos son: Juan Camilo Gonzáles, guitarrista y percusionista, músico de
bambuco y salsa; Santiago Hoyos Osorio, baterista y músico experimental con su proyecto “Empty
Hollow” y Juan Esteban Oviedo, DJ y productor de música electrónica afiliado al dúo “Red Code”.

Tecnología, ¿herramienta o corazón?


Hay que conocer visiones distintas que se tienen acerca de la tecnología, ya sea como herramienta
o como esencia misma de cada pieza musical. Juan Camilo Gonzáles afirma que: “Yo me quedo con
la música que se hace con instrumentos, no en un computador. Usarlo es necesario en grabaciones,
para poder masterizar temas, etc. Pero sigo diciendo que es mejor usar guitarra, tiple, bajo,
bandola, lo que sea, pero explorarlo al máximo”. Por su parte para el músico experimental
Santiago Hoyos la tecnología “brinda infinitas opciones para crear y modular sonidos, esto hace
que la música se interprete de mil maneras distintas incluso si se están usando los mismos acordes
o progresiones armónicas y da una caracterización de sonidos única para cada artista y su forma
de plasmar las ideas.”. Y finalmente el DJ Juan Esteban Oviedo explica que “el surgimiento de las
nuevas tecnologías ha logrado que la vieja práctica de contar los ciclos rítmicos de las pistas a
oído, al ser aplicada a equipos más precisos, tenga como resultado una mejor experiencia a la hora
de tocar, por mi parte la tecnología es fundamental y permite una mejor experiencia en la pista
aplicándola de forma correcta.”

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La música folclórica ha sido una de las vertientes musicales que ha quedado más relevada en la
moderna industria musical, ya que ha ido cediendo terreno frente otras formas de música popular
que poco o nada tienen que ver con el uso de instrumentación acústica y con el contenido lírico
basado en las vivencias de los pueblos. Por su parte, la música de vanguardia o experimental que
hace uso de lo tecnológico como una herramienta más de creación artística tampoco sigue la
estela comercial y las grandes cantidades de ventas que alcanzan la música electrónica en sus
distintas variantes como el House, el Drum ´n´ bass, el trance o la música pop influida
directamente por la electrónica, con artistas como Rihanna, Lady Gaga, Beyonce o Katy Perry , que
según datos de la RIAA (Asociación Industrial Discográfica de Estados Unidos) ya se encuentran
entre las artistas con más ventas a nivel mundial de manera histórica, siendo Rihanna la artista
que, dentro de este grupo, ha logrado la mayor cantidad con un aproximado de 230 millones de
álbumes vendidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Clavin Harris Ft. Rihanna – This is what you came for

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Hibridaciones musicales y nuevo folclor colombiano
Aun así, en nuestro país, se ha dado una compleja relación entre lo folclórico y lo electrónico que
ha dado lugar a resultados musicales interesantes. Según Juan Camilo “Esas mezclas, son muy
particulares, ya que no son para todo el mundo, no cualquiera puede hacerlo y que suene bien.
Espero que los grupos que lo hacen sigan con su música y con sus mezclas, pero que no dejen de
representar su música folclórica”. Santiago cree que “es algo muy enriquecedor, son dos vertientes
que son muy diferentes y esto genera muchas más posibilidades a la hora de la crear e innovar
todo depende del uso balanceado de los elementos pero a mi opinión es muy buen ejercicio
musical”. Y desde el punto de vista del DJ Juan Esteban Oviedo, estas mezclas folclórico-
electrónicas “son excelentes, la música es un viaje y no una competencia, y pueden surgir enormes
cosas cuando se fusionan elementos de muchos estilos, cada cual tiene un gran potencial”.
Y es que en ésta década, se han visto artistas nacionales como Bomba Estéreo, Systema Solar,
Choquibtown o Pernett, que han sabido arrancar la esencia y el corazón folclórico y popular de
géneros como la chirimía, la cumbia o el porro y lo han juntado a la distinguible facilidad y
maleabilidad musical de lo electrónico. Con esto han logrado llegar a las pistas de baile y a
festivales musicales tanto en Colombia como en otros países latinoamericanos y europeos
especialmente. Tal ha sido el éxito de estos artistas que hasta la industria musical los ha
reconocido como parte de un mercado en florecimiento. Bomba Estéreo y Choquibtown han sido
nominados varias veces a los premios Grammy tanto en su versión latinoaméricana como anglo.
también está el caso de Systema Solar, cuya re-grabación de su álbum debut fue nombrado por la
revista Rolling Stone norteamericana como uno de los mejores álbumes latinos de 2016 o Pernett
que en 2014 fue invitado al Sukiyaki Meets the World Festival celebrado en la ciudad de Nanto en
Japón.

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Systema Solar – yo voy ganao


Esto da a entender que bajo la superficie de la industria musical mundial y nacional, se mueven
varias corrientes que han nacido en la experimentación subterránea y que han sabido ganarse su
espacio en un circuito comercial que, si bien, no llega a la masividad de los grandes artistas
famosos, si tienen un público oyente que los escucha, los baila, los disfruta y que puede mantener
económicamente el funcionamiento de esa máquina que mezcla el folclor con las corrientes
electrónicas.

 

 

 

 

 

 

 

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Pernett – Cumbia computer

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La Inteligencia Artificial o el músico del futuro
En 1961, algunos ingenieros de la todopoderosa IBM programaron a una computadora IBM 7094
para que reprodujera la canción Daisy Bell, siendo así la primera canción cantada por un
computador. Aunque en aquella primigenia vez, la matriz de la computadora necesitó de la
intervención directa de un equipo de humanos, en tiempos mucho más actuales, nuestros
asistentes computacionales han sido capaces de crear música propia alimentándose de
grandísimas bases de datos y sin necesitar del apoyo de una persona. Nuevamente, IBM dió un
paso adelante en materia de creación musical por parte de computadoras, lanzando en 2016 el
software Watson Free, que es capaz de analizar millones de canciones y crear patrones musicales
artificiales “aprendiendo” de cierta manera, de cada uno de los temas que ha analizado.
Desde entonces, han aparecido una serie de proyectos musicales de este tipo, por ejemplo Flow
Machine, creado por Sony Music y el consejo europeo de investigación, y el programa Amper que
está siendo utilizado actualmente por la cantante y youtuber Taryn Southern para producir el que
sería el primer álbum musical compuesto instrumentalmente por una inteligencia artificial y
cantado por una persona. Obviamente la comunidad musical no ha sido ajena a estos hechos,
algunos no lo han tomado de la mejor manera: “Me parece trágico reemplazar al ser humano por
una máquina, más que todo en ese acto tan digno que es el componer una buena melodía o una
letra bellísima. No quiero creer ni podría imaginar a un computador escribiendo un bambuco o un
bolero... para mí, sería un caos total” afirma Juan Camilo Gonzáles.

 

 

 

 

 

 

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(Taryn Souther Ft. IA – Break Free)

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Pero tanto para Santiago Hoyos como para Juan Esteban Oviedo es algo inevitable e interesante,
aunque los dos toman ciertas distancias respecto al hecho. Santiago afirma que “todo debe estar
en un equilibrio, las inteligencias artificiales podrían generar éxitos, tal vez con cierto tipo de
fórmulas, más nunca podrían reemplazar en calidad, expresión, matiz y emocionalidad a la música
hecha por el hombre, nunca”. Mientras que Oviedo dice que “es algo imparable y no tengo dudas
que a mediano plazo estos sonidos llegarán, estamos demasiado cerca, de lo que no estoy seguro
es de la acogida que esa música pueda tener sin el factor humano”.
Se puede decir que actualmente en el panorama musical mundial y nacional, ya que Colombia está
sumergida en muchos niveles en aquello llamado Globalización, cohabitan muchas maneras de

hacer música, unas con mayor alcance de escucha que otras, pero sin embargo todas existen y
evolucionan paralelamente, Fenómenos como la creación musical por parte de Inteligencias
artificiales nos da a entender que muy prontamente las grandes casas discográficas del mundo
empezarán a utilizar esa tecnología para sus fines comerciales. Pero también, corrientes como el
nuevo folclor en Colombia y las hibridaciones entre lo tradicional y lo contemporáneo e incluso lo
post-moderno, son muestras de, que, al fin y al cabo el folclor puede pervivir y seguir
desarrollándose infiltrándose en el centro mismo de las corrientes musicales electrónicas más
modernas.


Todo esto da cuenta del enorme impacto que la tecnología ha tenido en el desarrollo musical de la
humanidad, pasando de una llana herramienta de experimentación, a ser, en muchos casos, la
esencia misma de la creatividad del músico y por último, a ser junto al humano, una fuerza
creadora a la que muy seguramente se le tendrá que prestar atención de manera obligada en un
futuro a mediano plazo, ya que, al final de todo, el tiempo avanza y las cosas evolucionan y se
diversifican y como diría el compositor de jazz Les Baxter, “Toda buena música debe ser una
innovación”.

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