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La importancia de la mano izquierda

Tomado de: pictify.saatchigallery.com

Es en ese momento de falla, de error, de impotencia, donde se exacerban
las ganas de tener lo que no está, lo que inevitablemente no puede volver, se nos
viene a la mente lo que hemos perdido, y lo mucho que lo necesitábamos. En la
cultura popular es común escuchar la añoranza por lo perdido. En el caso que les
voy a recrear la ausencia causa un déjà vu, una especia de saudade.


Llegas a casa y vas a ponerte cómodo, tiras los zapatos de cualquier
manera; el cansancio es grande; estiras tu mano izquierda, la menos hábil; tratas
de llegar al talón y quitarte la media; nada que hacer se engancha el dedo índice,
el cuerpo se bambolea de manera brusca y suena algo parecido a un apio
quebrándose.


A la mente llegan silencios, el grito que sale es muy fuerte. Tratas de
entender cuál fue el error, por qué no sientes parte de la mano izquierda. Se ha
fracturado, ya vendrán las recriminaciones, la torpeza se entrometió. Justo en ese
instante comprendes que “en el fondo amamos nuestro deseo, y no aquello que
deseamos” Nietzsche.

 

¡Quisiera no tener dolor!


Debido a esto, pensé en la vida antes de la medicina moderna, de las
maquinas avanzadas para diagnosticar problemas y concluí que lo mejor era
curarme solo, esperar que las cosas mejoraran. De esta idea surge el título del
texto. No creí la influencia de mi mano izquierda, no se me cruzó por mi mente,
antes de este suceso, lo fundamental, estructurada y colaboradora que podría ser.


Trate de hacer muchas cosas:


1- Destapar un frasco.
2- Coger una zanahoria para hacer julianas.
3- Escribir una diatriba en la Olivetti de papá.
4- Sostener a mi hija de 2 años.
5- Rascarme dentro de la oreja izquierda.
6- Abotonarme un jean de 5 ojales.
7- Aplicarme la crema de afeitar.
8- Montar en bicicleta.
9- Poner expresión de comprender.
10- Llamar a alguien con el índice izquierdo.


Siempre requería de mi mano izquierda. Podría seguir, pero cada persona
puede hacer su lista, son miles las funciones de la siniestra.

​

Al no sentir el apoyo de la otra mano, mi derecha se hacía más torpe,
brusca; como si de un momento a otro hubiera perdido sus reflejos. En este
ejercicio de catarsis, recordé que hace muchos años perdí el 80% de la movilidad,
la sensación de abandono ya la había sentido, sin embargo, en ese entonces era
una falla general, invasiva; esta, la de ahora, parecía algo pequeño, nimio, claro
que me hizo entender la importancia de cada parte de un sistema.


Bioetica, cuando la vi en la universidad la entendí, me gustó. En varias
películas, que he visto, abordan este tema, que no es otro que la importancia de
cada objeto de este universo. Por esto, es necesario empezar a asumir nuestro
lugar en cada situación. Basta de creer en la inutilidad de ciertas cosas o
acciones. Es necesario afrontar la realidad desde la complejidad del cambio y de
la adaptación. Traten de no utilizar una parte de ustedes y entenderán.

​

Por: César  Aristizábal 

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