A ritmo de marimba

La descarga de sonidos emitidos por la marimba de chonta, el cununo, el
bombo y el guasá se trasladan a Armenia gracias a jóvenes que quieren
honrar sus raíces.
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“Nosotros todo lo celebramos (…) nuestro medio para poder transmitir todo lo que
sentimos y adorar a nuestros santos ha sido la música, el cuento, la poesía, la
gastronomía, la danza (…) todo ese tipo de prácticas hacen parte de la tradición
oral que en el Pacífico juega un papel muy importante” asevera Gustavo Santana,
vocalista de Son Berejú, agrupación que interpreta música del Pacífico donde
cada golpe a la lámina de chonta parece emanar el olor más intenso a dulce de
coco.
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A sus 22 años de edad se encuentra cursando octavo semestre de trabajo social
en la Universidad del Quindío, lo que le ha permitido tomar conciencia de la
riqueza de su pueblo e historicidad del mismo, pues como asegura, cuando entró
a la carrera “no sabía nada de la música del Pacífico” y tampoco el concepto de
negro, interés que se originó al no saber responder ante la pregunta de un
profesor acerca del significado de esta palabra.
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Con su antebrazo adornado por un brazalete hecho en mostacilla, en el que se
observa el fondo dividido en tres franjas horizontales de color blanco, verde y café,
que hace referencia a la bandera de la tierra de la cual proviene con orgullo y en la
que se puede leer “I ♥ El Charco, Nariño”.
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La región del Pacífico colombiano se encuentra ubicada en el occidente del país y,
limita al norte con Panamá, al sur con Ecuador, al oriente con la cordillera
occidental colombiana y al occidente con el océano Pacífico. Está conformada por
los departamentos de Cauca, Chocó, Nariño, y Valle del Cauca.
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La música del Pacífico se traslada a Armenia
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Diez años han pasado desde que Gustavo dejó El Charco para trasladarse a la
ciudad de Cali y posteriormente a Armenia. Situado en el norte departamento de
Nariño, El Charco cuenta con aproximadamente 38.207 habitantes según
proyecciones del Departamento Nacional de Estadística (DANE), quienes se
desplazan en embarcaciones a través del río Tapaje y océano Pacífico para
trasladarse a otras zonas del país.

A pesar del tiempo transcurrido y la distancia, el deseo de regresar no ha cesado,
de ahí que después de terminados sus estudios quiera volver con el fin de
“contribuirle a los procesos culturales de mi territorio” declara Santana. Cuando de
música del Pacífico se le pregunta, Gustavo esboza una sonrisa que revela su
complacencia al mencionarla y, aunque admite que su inicio en la música fue hace
aproximadamente dos años en la ciudad de Armenia, y obedeció a la llamada de
un amigo del Chocó que estudia en la Universidad del Quindío, reconoce que
siempre ha estado contagiado por la música de su lugar de origen pues “cuando
hacían las celebraciones en mi municipio siempre estaba muy pendiente de cómo
se tocaba, cómo se cantaba.”
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<<Nosotros queremos conquistar a toda la población quindiana por medio de la música>>
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La agrupación musical Son Berejú está conformada por cinco jóvenes procedentes
de los municipios López de micay en el departamento de Cauca; Tumaco; El
Charco en Nariño y Quibdó en Chocó, iniciaron un proyecto musical con el objetivo
de “dar a conocer a la comunidad quindiana que hay afro en el departamento, que
está presente la cultura afrocolombiana. Nosotros queremos conquistar a toda la
población quindiana por medio de la música” declara Santana. La agrupación se
ha presentado en municipios como Córdoba, Tebaida, Montenegro y Armenia. La
música del Pacífico que interpretan se hace de forma empírica, afinar el oído es la
facultad que han desarrollado para reproducir todos los ritmos musicales
procedentes de esta región del país, afirman los músicos.
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El instrumento más representativo del Pacífico es la marimba (similar a un
xilófono), pues la fabricación artesanal de la misma a partir de palma de chonta,
planta propia de la región, la convierte en un símbolo de la cultura afro del Pacífico
colombiano. “La marimba en África la fabrican de otra manera (…) la marimba del
Pacífico está construida con otro tipo de materia que proviene de nuestra tierra,
por eso considero que es el instrumento que más representa al Pacífico”,
sentencia Gustavo.
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Ritmos musicales
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Las expresiones musicales del Pacífico colombiano son los alabaos, chigualos,
arrullos y currulao, donde cada uno corresponde a un evento social específico.
“Nosotros todo lo celebramos por medio de la música, la llegada y la despedida de
las personas” afirma Gustavo. Así, los alabaos son los cantos típicos a los
difuntos, se realizan a capella y son interpretados por los mayores (cantadores y
cantadoras del Pacífico) “quienes son los líderes de todos los procesos musicales
en donde interpretan canciones muy tristes y piden perdón a Dios por todos los
pecados que cometió la persona que acaba de fallecer” manifiesta Santana, quien
además añade que los jóvenes participan de estos como aprendizaje de la
práctica tradicional.

Los chigualos, llamados gualíes en el Chocó, son lamentos por la pérdida de un
niño que según la tradición se convertirá en un ángel en el cielo para la familia. En
este ritual se cubre el cuerpo de flores además de danzar y cantar, suelen estar
acompañados de tambores y está a cargo de los padrinos del niño que consuelan
a la mamá. Es un momento “muy triste pero a la vez feliz” asegura Gustavo. Los
alabaos y chigualos hacen parte del acompañamiento al difunto y a la familia que
reafirman la unión de la comunidad.
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De igual modo la música también es empleada para venerar a Dios. Así en el
pacífico los arrullos hacen parte de la celebración de la misa y la mujer destaca
por su papel protagonista cantando para el acto religioso. “La música en el
Pacífico siempre ha estado ligado a lo religioso, celebramos los días de los santos,
que el día de la virgen del Carmen, de San Juan Bautista, de Santa Bárbara…”
sostiene Gustavo. Este rito representa la alabanza a Dios y por ello cambia la
actitud corporal de todos los presentes en él, puesto que es un momento especial,
diferente a los vividos en la cotidianidad. Por otra parte los arrullos se llevan a
cabo para celebrar la llegada de los niños a la familia, de modo que las
expresiones musicales también están presentes en los ritos de la manifestación de
la vida. Además el currulao, ritmo musical con mayor influencia de África, es una
festividad en la cual los participantes cantan y bailan a ritmo de bombo, cununo,
guasá y marimba, ésta última protagonista de la velada.
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Asimismo, el bunde de la región norte del Pacífico que corresponde al
departamento del Chocó, es un ritmo y danza en el que también se canta y, donde
las rondas de juegos hacen parte del rito. La ceremonia puede ser tanto de
celebración; donde los coros se intercalan con el sonido de los instrumentos de
percusión, como funerario; en el cual los coros se omiten. En el Chocó la música
se caracteriza por estar vinculada de forma más estrecha al baile, mientras que en
los pueblos ubicados en el sur del litoral “la danza es muy suave, como de
adoración ya que es más religioso (…) así que en el Chocó la música es más
movida” aclara Gustavo.
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Con toda esta riqueza musical, en los años 30 un bonaerense orgulloso de la tierra
que lo vio nacer, viajó a través de las redes ferroviarias del Pacífico con una
guitarra en la mano interpretando bambucos y currulaos. En su labor de
maquinista, Patricio Romano Petronio Álvarez Quintero, compuso el currulao más
popular, “Mi Buenaventura” que más tarde se convirtió en himno de la ciudad.
Además, de su autoría hay canciones conocidas como “El porteñito” y “Roberto Cuero".

De esta manera Petronio contribuyó rememorar los sonidos africanos en
Colombia, razón por la cual el antropólogo e historiador Germán Patiño y varios
colaboradores entre ellos, Juana Francisca Álvarez Arboleda, hija de Petronio
Álvarez, iniciaron un proyecto en 1997 que denominaron festival de música del
Pacífico Petronio Álvarez, que actualmente es el evento musical afro más
importante del país celebrado en agosto de cada año y que ha logrado unir la
cultura afrodescendiente del litoral Pacífico a la tercera ciudad más importante de
Colombia, Cali.
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Este año en su versión número 21 de dicho festival la agrupación Son Berejú
participará en la modalidad libre, por ello convocaron a siete personas del Quindío
que interpretan instrumentos como piano, bajo, saxofón y clarinete junto a la
marimba, el cununo, el bombo y el guasá de los cuales ya disponían. “Con el
objetivo de poder representar el Quindío y poder decir que aquí se hace música
del Pacífico”, afirma Gustavo, pues el apoyo recibido por la gobernación del
Quindío con la donación de instrumentos ha creado un vínculo con el
departamento que “decidimos representarlo a donde vayamos”.
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Así pues, entre ensayos y obligaciones académicas se encuentran los integrantes
de Son Berejú. Gustavo, con una sonrisa reconoce que aunque la agrupación
musical percibe dinero por las presentaciones, pues es una ayuda económica para
los gastos originados por la Universidad, no es el objetivo principal. Por tanto, el
trabajo realizado por ellos a través del rescate de su música ancestral honra el
reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) a la música del Pacífico colombiano como
patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Jessica Andrea Ruiz
Angélica María Rojas Manzano
Luisa María Daza

